CIRROSIS HEPÁTICA

La cirrosis es una etapa tardía de la fibrosis o cicatrización del hígado, producto de algunas enfermedades hepáticas como la hepatitis o el alcoholismo crónico. Esto provoca que el hígado no funcione adecuadamente, convirtiendo ésta enfermedad en una condición potencialmente mortal.

Por lo general no da síntomas específicos, pero puede manifestarse con fatiga, aparición de hemorragias o hematomas con facilidad, pérdida de apetito, náuseas, edema de piernas, pérdida de peso, picazón de la piel, coloración amarilla de la piel y ojos y acumulación de líquido en el abdomen.

Frecuentemente la cirrosis se detecta a través de un análisis de sangre o control de rutina, y para confirmar la presencia de la enfermedad se suelen pedir algunos otros estudios de laboratorio y de imagen, como ultrasonido o elastografía hepática, resonancia magnética, tomografía o biopsia hepática. El tratamiento dependerá de la causa y del daño al hígado, procurando hacer más lenta la progresión de la enfermedad.